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Los pies son estructuras muy ricas en terminales nerviosas, y por lo tanto muy sensibles a los cambios de temperatura y al tacto.

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Debido a esto, la cantidad de terminales nerviosas y receptores de dolor en la superficie del pie, es posible ubicar ZONAS REFLEJAS  que corresponden a distintas estructuras internas del organismo. Cada sector del pie corresponde a otro sector del cuerpo.

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Si la zona refleja está con dolor significa que la zona correspondiente del cuerpo está en desequilibrio, y entonces se puede estimular a través de masajes la zona dolorosa para estimular a ése órgano desequilibrado.

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Al estimular las zonas reflejas dolorosas, lo que sucede es que el organismo envía mayor cantidad de sangre y nutrientes a la zona que fue estimulada a través del pie, logrando así una mejor nutrición celular y una posterior desintoxicación del órgano.

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